A través de diferentes técnicas de masaje podrás conseguir los mismos efectos en tu cuerpo como si estuvieras disfrutando de la brisa del mar.

Al igual que el oleaje rompe contra tu fina piel, las manos del masajista se posarán en tu cuerpo permitiendo que se relaje, recordando la sensación de las olas en tu cuerpo.

Podrás disfrutar del placer sensorial que el masaje te regala, soltando los nudos de estrés, aliviando las tensiones musculares y calmando el sistema nervioso.

No es tan importante tener grandes planes como darnos la oportunidad de disfrutar de los momentos más sencillos, e incluso de dejarnos llevar por la experiencia.

Escuchando y sintiendo la vibración de instrumentos ancestrales, convirtiéndose esta sensación en un bálsamo para tu cuerpo y para tu mente.